Ya os hablamos del conocido Einstein Cafe, ahora unos cuantos detalles deliciosos, como su fantástico capuchino.
Otro pastelito fantástico, el apfelstrudel, o como se llame, no importa está "de la muerte".
De este pastel no me acuerdo el nombre, pero está para repetir mil y una veces.
Está claro que el Einstein Café será una parada obligatoria de "la caravana del amor", guardaremos un poco de nata para la despedida de soltero y las "nenes maques" berlinesas.
sábado, 24 de marzo de 2007
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